En marzo de 1988, Renfe adquirió a GEC-Alsthom 60 coches
de dos pisos, con el objetivo de emplearlos en líneas largas, con una
distancia mínima entre paradas de 4 kilómetros y fuerte demanda al final
de la línea, lo que exigía una elevada capacidad de plazas sentadas.
El 9 de julio de 1990 comenzó la explotación de estos 60 coches (48 remolques intermedios y 12 remolques con cabina) con los que se formaron 12 ramas, cuya tracción aseguraban 15 locomotoras eléctricas de la serie 269-200 que fueron decoradas con los colores de Cercanías (rojo y blanco). Cada rama estaba constituida por cuatro coches remolque, un remolque con cabina y una locomotora, formando una composición Rc+R+R+R+R+Loc.
En junio de 1991, ante los buenos resultados obtenidos por estas unidades y los problemas de falta de fiabilidad y prestaciones de las 269-200, Renfe decidió adquirir 30 automotrices de dos pisos que sustituyeran a las locomotoras. En el mismo año también se firmó la compra de 15 unidades completas de la
serie 450.
Este nuevo material, junto con el adquirido en 1988, permitió en 1994 configurar el parque definitivo:
- 24 trenes de la serie 450, formados por dos cabezas motrices y cuatro remolques intermedios.
- 12 trenes de la serie 451, (ramas cortas) constituidos por una motriz, un remolque y un remolque con cabina.
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